Mike Mignola (creador de Hellboy) y Christopher Gold (autor de varias historias de terror) se unen para entregarnos una historia de vampiros. Pero es una historia de vampiros a la antigua, una historia gotica y oscura, donde el vampiro es la representación de la maldad y los humanos sólo somos para ellos algo menos que insectos.
El libro tiene una organización muy peculiar; esta dividido según la estructura de una misa de réquiem, hace referencias inmediatas a la historia del soldadito de plomo de Hans Christian Andersen y usa la técnica de las cajas chinas para contar algunas historias.
Aunque por momentos me pareció algo tosca la escritura, no puedo negar que el libro me atrapó. Me hizo recordar (y esto estoy seguro fue la intención de los autores) los viejos cuentos de terror que leía cuando niño.
Algunas de las historias se desarrollan de forma casi cinemática; se inician con un narrador en primera persona y, sin mediar explicaciones, pasa a un narrador en tercera persona; como si en una película pasáramos de una escena de conversación en un bar a la visualización de lo que se esta contando.
Mignola y Gold nos presentan un mundo decadente, sin esperanza, destrozado por una pandemia que hace ver la peste negra como un ligero resfrío; en este mundo existe un aspecto sobrenatural terrorífico que es desconocido para la gran mayoría de seres humanos; pero nuestros héroes han visto un pequeño guiño de este aspecto y los ha marcado de por vida.
La historia se inicia en Europa, durante la primera guerra mundial; Lord HenryBaltimore es capitán de un pequeño pelotón que planea asaltar las trincheras enemigas; el asalto se convierte en una masacre y el único sobreviviente moribundo es el propio Baltimore; es en esa situación donde un extraño y aberrante animal trata de atacarlo; Balimore se defiende, logrando herir al bicho. Este solo acto desencadena una tragedia que va a marcar la vida de Baltimore y va a diezmar a la humanidad con la Peste Roja.
Hay, como comenté, otros personajes que han tenido contacto con lo sobrenatural y han sobrevivido a ello, pese a las cicatrices que les han quedado (físicas y emocionales); también conoceremos sus historias y el por qué de la amistad con Baltimore.
Es reconfortante leer una historia de vampiros a la vieja escuela; donde el mal atenaza el mundo y un sólo hombre marcado le hace frente, sufriendo el mismo una transformación. Tanto el cazador como la presa son víctimas de la tragedia y están inmersos en un espiral eterno de persecución y huida; donde los finales son sólo el inicio de algo más grande y trágico.