“El verbo leer no soporta de imperativos….”
Con este inicio Pennac da rienda suelta a un extraordinario ensayo sobre la lectura y los lectores.
Haciendo uso de su experiencia personal como profesor nos da una cátedra acerca de lo él considera que son los problemas fundamentales tanto de los programas de enseñanza como de los alumnos que reciben la obligación de leer, comprender, resumir e interpretar lecturas.
Lo primero que hace Pennac en este ensayo es devolver al lector (tanto el actual como aquel que no lee) a sus inicios, a aquellas noches de infancia donde se nos leían historias y nosotros boquiabiertos esperábamos el final. Por que la lectura es eso, es reencontrarnos con el relato que nos asombra.
Con una prosa como siempre ácida arremete contra lo establecido y propone nuevas formas de acercar la lectura a aquellos que no leen y al mismo tiempo nos baja de la nube que nos hemos creado a aquellos que leemos.
Nos hace redescubrir el porque leemos, nos hace recordar que es lo que nos gusta de la lectura y sobre todo nos ayuda a volver a sentir esa alegría de sumergirnos en un texto y desaparecer entre sus páginas, criticando los métodos tradicionales de enseñanza y enseñándonos como mantener ese interés por el relato, como mantener, cultivar o reencontrar esa capacidad de fascinación por los relatos que todos tenemos.
Este ensayo es una obra que debe ser leída no sólo por pedagogos o padres de familia. Es un manual que nos va a llevar paso a paso a redescubrir un viejo buen hábito. Pese a las distracciones actuales y al gran esfuerzo que hacen los estados para evitar que leamos, es una guía en la que vamos a encontrar un apoyo y gran ayuda para lograr que ya sean alumnos, hijos o nosotros mismos retomemos ese placer.
Quiero finalizar este pequeño comentario con el decálogo del lector que Pennac incluye en el libro. Creo que no hay nada más cierto y a al vez nada más en contra de la pedagogía que estas diez reglas.
Los derechos imprescriptibles del lector:
1.- El derecho a no leer.
2.- El derecho a saltarse las páginas.
3.- El derecho a no terminar un libro.
4.- El derecho a releer.
5.- El derecho a leer cualquier cosa.
6.- El derecho al bovarismo.
7.- El derecho a leer en cualquier lugar.
8.- El derecho a hojear.
9.- El derecho a leer en voz alta.
10.- El derecho a callarnos.