Esta es la continuación de “Semillas amargas”, la interesante novela de Tregillis que ya comenté hace relativamente poco.
Nos encontramos veinte años luego de los extraordinarios sucesos que dieron fin a la segunda guerra mundial. Rusia controla prácticamente todo Europa, Gran Bretaña se convirtió en una parada obligatoria de inmigrantes que huían del feroz invierno cortesía de los brujos de Asclepia y la guerra fría se da entre estas dos potencias.
En este libro nos encontramos con un Marsh agotado, viejo, cínico y totalmente devastado. Su vida personal es un desastre. Desde que salió de Asclepia todo ha ido cuesta abajo, se ha convertido en alcohólico y su familia no se pudo componer luego del nacimiento de su segundo hijo (la primera hija la pierde en un bombardeo durante la guerra). Es apenas una caricatura del hombre que ayudo a que los británicos ganaran la guerra.
Por otro lado William Beauclerk se ha recuperado gracias a su esposa. Ahora tiene mayor confianza en si mismo y está trabajando en una ONG que trata de acercar a los rusos con Gran Bretaña. Ha dejado atrás las difíciles decisiones que tuvo que tomar junto con otros brujos para derrotar a Alemania. Pero esas decisiones han dejado una profunda marca en él y esa conciencia torturada que tiene lo obliga a tomar acciones que ponen en peligro su nación.
Gretel y Klaus han sido sujetos de experimentación y de prueba a manos de los soviéticos durante todo este tiempo, en la base secreta de Arzamás en Rusia. Han sido veinte años de torturas, pero Gretel tiene sus propios planes, los cuales ya están en marcha, pero es hora de darles un nuevo giro.
La huida hacia Inglaterra de Gretel y Klaus precipita una serie de acciones que ponen en peligro la humanidad de una manera diferente y fantástica.
Tregillis nos presenta a personajes bastante humanos y profundos, con sus rencillas y venganzas. Oscuras agendas y deseos propios.
Las manipulaciones de Gretel, la conciencia de William, el deseo de venganza de Marsh… todo se amalgama en una novela de espías y misterio. Cada poco hay una nueva sorpresa que le da un nuevo aire a la historia.
La guerra más fría” es una buena novela, una historia interesante, de intriga y acción, con personajes profundos y creíbles, sometidos a fuerzas que apenas conocen.
Una buena continuación de “Semillas amargas”, veremos como termina esta trilogía más adelante.