“No es país para viejos” es una intensa y violenta historia de una realidad americana que es patente al día de hoy.
Llewelyn Moss es un veterano de Vietnam que se encuentra cazando en el desierto fronterizo con Mexico cuando se topa con los restos de una reciente masacre entre traficantes. Junto con los muertos encuentra una una gran cantidad de droga y una maleta con un poco más de dos millones de dólares.
Como es de esperarse, se inicia una cacería humana. Llewelyn tiene que usar toda su astucia de veterano y cazador para poder sobrevivir a la extrema violencia que se va creando alrededor suyo.
Entre las diferentes personas que están tratando de encontrar a Llewelyn se encuentra el sheriff Bell, un hombre cansado, héroe veterano de la segunda guerra mundial que se encuentra en una posición que le permite observar y horrorizarse de la violencia actual de los EEUU hasta el punto que el país le parece irreconocible. No puede entender el grado de violencia gratuita que ve todos los días, y él como muchos ya no ve las noticias por parecerle repugnantes.
Otro de los personajes que busca a Llewelyn, pero no para ayudarlos si no para matarlo es Anton Chigurh, un psicópata asesino sin sentimientos a quien cualquier excusa para jalar el gatillo es buena, desde lanzar una moneda hasta la promesa realizada a alguien que ya está muerto. La sola aparición de Chigurh en algún sitio implica por lo menos uno o dos muertos. Es una implacable máquina que sólo avanza tras un objetivo y lo va a conseguir.
Escrita con frases cortas y duras “No es país para viejos” es un acercamiento descarnado a la violencia en los EEUU. Es un libro de sueños rotos, de secretos que torturan el alma, excusas para vivir y matar.
Un libro duro, no a nivel de “la carretera”, pero una gran historia en donde la violencia (aunque extrema) queda de lado con un dejo de nostalgia por los viejos días en donde la gente se saludaba en la calle y no te mataban por lanzar una moneda al aire.
“No es país para viejos” es exactamente eso, una descripción del moderno EEUU desde los ojos de un hombre cansado.
Dirías que la forma en que está escrita es como “el viejo y el mar”? Voy a buscarlo.
Si, me recuerda a Hemingway. Frases cortas, contundentes, duras.