Si dejamos de lado que “El juego de Ripper” se presentó como una novela de misterio, se puede decir que el libro cumple, entretiene y llega a mantener enganchado al lector. La narración es bastante buena y divertida, los personajes son graciosos y algo marginales. Las descripciones y personalidades están bien definidas con algunos momentos en los que la autora parece burlarse de ellos.
Pero como novela de misterio, es mediocre.
La trama que debería girar alrededor de las muertes que se han pronosticado mediante carta astral (?) quedan opacadas como situaciones secundarias sin mucha importancia ante el enorme esfuerzo que hizo Allende por describir a los personajes, sus personalidades, la situación actual en la que se encuentran y la interrelación que hay entre ellos.
Entre la multitud de personajes tenemos a Indiana Jackson, madre soltera sanadora de Reiki, ingenua mujer que no cae en el estereotipo de rubia tonta sólo de milagro. Amanda Martín, hija de Indiana, niña inteligente, retraída, hábil con las computadoras y líder de un grupo de chicos que por diversión investigan virtualmente los asesinatos que se dan en San Francisco. También está Ryan Miller, veterano marine mutilado y alcohólico en recuperación junto con su perro Atila y Bob Martín, padre de Amanda, ex esposo de Indiana y actual Inspector de policía.
Aunque es un libro divertido que puede tomarse con cierto humor sarcástico, está más enfocado en las historias de los personajes que en los asesinatos. A tal punto que durante la lectura tenía que recordarme que era un libro de misterio y trataba de enfocarme en las pistas que (se supone) se estaban dejando.
El desarrollo que Allende le da a los personajes es muy bien logrado pues les da profundidad y credibilidad. Por más que uno piense que el Reiki no sirve o que los soldados son todos unos autómatas entrenados para matar, Allende logra entregarnos seres con motivaciones y profundidad. Humanos y entrañables por más superficiales o egoístas que puedan ser.
El gran problema del libro es que se enfocó demasiado en los personajes y su entorno dejando de lado el misterio. Las escenas en que se describía o discutía sobre los asesinatos daban la impresión de ser ruido de fondo necesario. Como la música en un bar: Lo suficientemente alta para oírla pero no para prestarle atención.
Es ya cuando el asesino afecta de manera directa a este microcosmos que tiene como centro Indiana Jackson en donde se desarrolla en un primer plano la trama de misterio con cierta soltura, sin llegar a impresionar ni sorprender. Es hasta cierto punto predecible el final, pero la vuelta de tuerca que le da en el último minuto es exagerada y sin motivo dejando un mal sabor a la historia.
“El juego de Ripper” es un libro interesante pero no es una novela de misterio. Es un ejercicio fallido de Allende por incursionar en el género.