Síntesis del libro:
Los antiguos Estados Unidos se ha convertido en la república de Gilead, un estado teocrático en donde las mujeres no tienen derechos y algunas de ellas son consideradas meros objetos de reproducción. De las palabras de una de ellas conoceremos que fue lo que sucedió y como es la vida ahora.
Trama general:
Defred es una criada, una mujer que no tiene nombre y que su único destino es hacer de vientre para los poderosos, en este caso para un comandante del que tampoco sabremos a ciencia cierta su nombre.
La vida de Defred transcurre entre una rutina inamovible y una asfixiante sensación de opresión y puritanismo impuesto por la nueva sociedad. Viste casi como monja, excepto que sus colores son rojos. Vive casi como monja, excepto que su cuerpo solo sirve como herramienta para procrear dado que hay una baja natalidad en Gilead y si es que no quedara embarazada, la culpa es de ella. Los hombres no pueden ser llamados infértiles.
Poco a poco, mientras Defred nos va entregando sus pensamientos más íntimos, vamos a entender como es que el país llegó a ese estado. Terrorismo, un golpe de estado, falsos puritanismos, la religión sobre la razón, la creencia que las acciones que se tomaron eran temporales. Todo ello decantará al final en un estado rígido, teocrático y traicionero. En donde cualquier elemento, por más pequeño que sea, puede llevarte a la muerte. Sobre todo, si eres mujer.
Apreciaciones:
Uno de los mejores libros que he leído definitivamente.
El cuento de la criada tiene varias características que lo hacen una novela de esas que no puedes dejar de leer y que, si no la han leído, deben de hacerlo.
En un primer lugar está la forma en que está escrito. Atwood lo presenta como una especie de diario, monólogos, pensamientos, recuerdos, todos ellos escritos con un sentimiento y profundidad que nos duele y aterroriza con cada descubrimiento que hacemos de esta nueva sociedad.
Por otro lado, y no menos importante es la historia en sí. Totalmente creíble, un mundo que cambió debido a un ataque terrorista y es en ese contexto en que se gesta un golpe de estado en donde la teocracia se impone, pero una teocracia machista. Machista de verdad. Desde ese momento las mujeres dejan de ser consideradas como personas. En el caso de la protagonista, ella ha perdido su nombre. El que la llamen “Defred” indica que es propiedad de Fred, su familia actual. Su función es solo procrear, servir de recipiente a su dueño, en caso de que no lo lograra, su destino serían las colonias, en donde trabajaría recogiendo residuos tóxicos o peor. Sería considerada una No Mujer.
Durante toda la novela se siente la opresión de este nuevo régimen, la angustia que tiene al pensar que en algún momento va a aceptar esta vida como algo normal, que siempre fue así. El dolor que tiene al recordar no solo quien fue, si no también a sus seres queridos. La impotencia de ver el cambio que se dio y el no haber podido hacer nada para evitarlo. El miedo a que una mirada mal dada, un gesto mal visto o una sonrisa puedan traicionar sus pensamientos. Lo brutal del cambio a una sociedad en donde la mujer es solo un aspecto decorativo al que hay que proteger.
Esta es una de esas novelas que no dudaré en recomendar a quien sea.
Otros puntos de vista:
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http://dasbuecherregal.blogspot.com/2020/01/el-cuento-de-la-criada-margaret-atwood.html
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