Una novela negra en todo sentido, ácida hasta los huesos, divertida a más no poder, con viejos personajes (todo el clan Malsussène) y nuevos e inolvidables individuos (Pastor es simplemente magnífico)
Diferentes historias se van desarrollando a lo largo de libro; en un primer instante no parece haber conexiones entre ellas, a excepción de nuestro chivo expiatorio profesional favorito: Benjamin; sin embargo estas sórdidas historias están estrechamente vinculadas entre sí, creando una atmosfera de misterio, incredulidad y giros sorpresivos impactantes.
Es uno de esos libros que DEBEN ser leidos.