Considero a este pequeño libro una gran joya que debe ser leida.
Guareschi se ubica en un anónimo pueblito italiano de la post guerra, a orillas del Po. Es en este cuasi idílico paisaje, de gente sencilla, honesta y trabajadora en donde dos grandes personalidades van a chocar una con la otra constantemente, creando situaciones extraordinariamente graciosas y llenas de humanidad.
Don Camilo es el cura del pueblo; campechano, explosivo, de fuerza descomunal, con una fé inquebrantable, y de gran corazón, lo cual no le impide provocar a sus adversarios, ya sea con sutilezas (pocas veces) o de manera frontal.
Pepón, por el otro lado, es el alcalde; casi igual de fuerte que Don Camilo, igual de terco y provocador, comunista hasta el tuétano y, como diría la vieja maestra la señora Josefina: un asno.
El tercer personaje de gran importancia es el cristo crucificado de la iglesia del pueblo. Imagen a la que Don Camilo recurre ….. y esta le responde, tratando de poner algo de sensatez en esa cabeza dura.
En esta Italia de la post guerra, en este pueblito a orillas del Po, suceden las más hilarantes, tiernas y humanas historias que he leido.
Tanto Don Camilo como Pepón y toda la escuadra comunista (el Brusco, el Flaco, el Largo, etc.) recrean a manera de sátira y sano humor los enfrentamientos entre el clero y los comunistas.
Cabe decir que Don Camilo no es un cura típico; y no sólo es por que el cristo crucificado le responda o le rezondre; el tener guardado un mortero y una ametralladora o el salir a una procesión con un revolver oculto lo colocan muy por encima del promedio y muy cerca a los seres humanos de carne y hueso.
La lucha constante entre Pepón y Don Camilo crean historias exteaordinariamente graciosas y llenas de humanidad, donde el perdón llega precedido de puntapies y las huelgas son detenidas en secreto por el propio Pepón.
Es un libro que hay que leer; no sólo por su humor, si no tambien por su contenido humano.