Existe toda una leyenda alrededor de “El guardian entre el centeno” pues ha sido al lectura de un par de asesinos famosos (Chapman y Hinckley Jr.) y tambien este es uno de los libros que fue censurado por el gobierno americano (junto con “el amante de lady Chatterly”, “El Decámeron”, “La cabaña del tío Tom” en sus respectivas épocas.).
La historia de Salinger nos pone en la piel de Holden Caufield, un muchacho de 16 años que acaba de ser expulsado de su escuela (es la tercera o cuarta de la que expulsan). Desde el inicio vemos que Claufield es un tipo extraño; insatisfecho, de gran imaginación, cínico e inesatable.
A lo largo del libro lo vemos discurrir por las calles de un Nueva York navideño y nevado, tratando de consolarse con amigos, prostitutas alcohol y cigarrillos. Holden Claufield busca cualquier excusa para sentirse deprimido; por más que parece que hace lo posible para salir de ese hoyo emocional en el que se encuentra, su propia psique e incapacidad de aceptar a la gente a su alrdededor hacen que se hunda cada vez más y más en una espiral de patética autocompasión.
Claufield, como cualquier chico de su edad, no tiene un rumbo a donde encaminarse, no sabe que va a ser de su vida, aunque tiene chispazos de ingenuidad extrema (como la conversación que tiene con Sally Hayes o cuando juega al herido). A diferencia de los demás, Holden Claufield sufre, desde mi punto de vista, de graves trastornos mentales que lo llevan incluso a conversar con su hermano muerto hace mucho.
El libro esta narrado muy coloquialmente desde el punto de vista de Claufield, la narración fluye sin tropiezos (bueno, a excepción de lo difícil que es leer estas pésimas traducciones de los españoles). Definitivamente la mala traducción hace que se pierda parte del famoso lenguaje provocador que hizo que este libro fuera vetado.
Es un libro interesante, vale la pena leerlo; es posible que en su momento haya sido provocador y controversial, pero considero que esta sobrevalorado.