Admito que cuando decidí leer este libro lo hice con cierto temor. Aunque no he visto (aún) la película de Fritz Lang me imaginé que el libro sería pesado, arduo de leer y que, quizás, no lo acabaría.
Nada más errado. Es uno de los mejores libros que he leído este año.
Pese a que usa una prosa bastante grandilocuente, Thea Von Harbou (esposa de Lang), nos mete de lleno en este mundo futurista (según lo imaginó en al década del 20); en donde dos clases sociales totalmente opuestas viven en esta ciudad de 50 millones de habitantes. Por un lado están los trabajadores, oprimidos y casi mecanizados que se hunden y viven en las entrañas de la ciudad para operar a estas máquinas que son casi dioses. Por el otro lado tenemos a los amos, los dueños de metrópolis, “para quienes cada revolución de una máquina significaba oro”.
Metrópolis, la ciudad, fue creada por el esfuerzo y visión de una sola persona, Joh Fredersen, quien gobierne y regula esta vasta ciudad con mano de hierro y sin sentimientos, casi se diría que se ha convertido en una máquina más de esta ciudad.
Pero esta forma de vida, este supuesto equilibrio entre amos y obreros se vera trastornado por la presencia de una mujer, virginal llamada María (en todo el libro hay un gran acercamiento y alabanzas hacia el cristianismo o, en todo caso hacia dios y el catolicismo).
Esta mujer se gana inmediatamente el corazón de Freder, hijo de Joh Fredersen. Las profecías que María cuenta a sus miles de seguidores obreros es que pronto llegará un mediador entre los obreros y los amos…
Esto es el inicio del libro. Un libro plagado de referencias al cristianismo, al budismo (la vida recluida y envidiable de Freder y luego su brutal salida al mundo me recordó una de las historias que leí sobre Buda), la lucha de clases, el maquinismo….
Es un libro intenso, muy bien escrito, los personajes aunque, en algunos casos grandilocuentes, son muy bien formados y detallados. Terminas por aspirar la atmósfera de Metrópolis y perderte en sus intrincadas calles y túneles.
Existen escenas realmente conmovedoras como la huida de María con los niños. Es de esas situaciones que se convierten en inolvidables.
Es, como repito, uno de los mejores libros de ciencia ficción que he leído. Ya sea para el curioso o el amante de este género, es una lectura necesaria.