Hace muchos años que leí Siddhartha, en su momento fue un libro que de alguna manera me hizo ver el mundo algo diferente. No me cambió la vida, pero si logro que viera las cosas desde otra óptica.
Más de 20 años después decidí volver a tomar el libro…. y su fuerza no ha cambiado en lo absoluto.
Hermann Hesse nos introduce en el mundo y filosofía oriental de mano de de Siddhartha, un joven Brahaman que pese su juventud es considerado uno de los más sabios que hay. Sin embargo Siddhartha esta insatisfecho. Para él no son suficientes lo ritos y los sacrificios. Necesita algo más y parte en busca de está respuesta universal que todos buscamos. Govinda, su gran amigo lo acompañará en su búsqueda.
La primera parada de estos viajeros son los Samaneos, un grupo de religiosos que ha optado por apartarse de las personas, viven con lo mínimo necesario y desprecian toda comodidad que trae la civilización. Para ellos la meditación, el ayuno y la espera son los pilares de su filosofía. Pero esto aunque de alguna manera calma las ansias de aprender de Siddhartha, tampoco es suficiente, es así que deciden ir a ver a ese extraño personaje llamado Gautama que dice ser un iluminado. Aquel que ha alcanzado el Nirvana.
Salen en busca de este hombre santo y Siddharta queda muy impresionado cuando lo conoce. Este breve encuentro de un par de horas lo va a marcar de por vida.
Siddhartha decide seguir en busca de su propio camino pero Govinda prefiere seguir las enseñanzas de Buda.
A lo largo del libro vemos los cambios que se producen en Siddhartha, la gente que conoce, la mujer a la que ama. Vemos como el personaje crece y cae. Aprende a vivir entre la gente, se convierte en un hombre rico, despiadado y codicioso. Aprende lo mejor y lo peor de la civilización.
Pero también aprende del arrepentimiento, llega a odiarse a si mismo, su propio reflejo le da asco y su piel le causa náuseas….
Siddhartha está en una búsqueda incesante y para encontrar aquella iluminación que tanto desea. Pero para poder llegar a eso tiene que vivir y experimentar todas las alegrías y tristezas de la vida y hacerlas partes de su ser.
Hermann Hesse con una hermosa escritura nos sumerge en este maravilloso peregrinar de un joven que se busca así mismo y que en el proceso vive la vida al máximo.
Este es uno de esos libros que deben ser leído, sobre todo cuando se es joven.