“Semillas amargas” es un libro que va creciendo en interés y complejidad.
La novela de Tregillis inicia el 23 de Octubre de 1920 en tres locaciones alejadas. Una es en Alemania donde el Doctor Karl Heinrich von Westarp recibe un par de niños gitanos huérfanos en lo que es un extraño orfanato. Al mismo tiempo en Londres un ex capitán de la RAF pone sus ojos en un chiquillo que dirige a una pandilla que roba comida para subsistir. En otro lado de Gran Bretaña, en Nottinghamshire un abuelo esta enfrentando a su nieto contra fuerzas que es incapaz de comprender o de manejar.
Con este inicio que podría parecer bastante flojo y hasta merecedor de no seguir leyendo el libro, nos metemos en una interesante y compleja distopía creada por Tregillis.
Lo que tenemos acá a grandes rasgos es una segunda guerra mundial llevada por caminos diferentes. Alemania gracias a la tecnología de von Westrap ha logrado que un pequeño grupo de jóvenes desarrolle habilidades especiales (Piroquinesis, Premonición, telequinesis) y las está poniendo a prueba con gran éxito.
El descubrimiento de estos individuos hace que Inglaterra se decante por acciones que se podrían considerar heterodoxas. Va a usar brujos para contrarrestar el avance alemán. Pero el concepto de “brujo” que maneja Tergillis es diferente y por demás interesante. Los brujos humanos hacen de negociadores con entidades incomprensibles que pueden manipular la realidad (por que ellos son la realidad) llamadas eidolones. Estos eidolones siempre piden un pago y este es en sangre. Normalmente son pequeñas gotas que el brujo deja caer y el trato se considera cerrado. Pero los eidolones odian a la humanidad y las acciones que tienen que hacer para detener al ejército alemán son cada vez más costosas.
Podría parecer que el libro es de una trama sencilla y de personajes planos, pero es todo lo contrario.
Los personajes principales van evolucionando en carácter y personalidad, cambiando según las circunstancias. Y son cambios que caen por su propio peso dado lo que tienen que vivir. La guerra es brutal y los sacrificios que se tienen que hacer pueden ser enormes.
Y ese es otro de los puntos interesantes en el libro. ¿Hasta donde se puede llegar para conseguir un fin?. ¿Cualquier acción es válida con tal de ganar una guerra?. ¿Hasta que punto podemos torcer nuestros valores y principios para conseguir un fin determinado?. ¿Cómo es que esas acciones que en el fondo son reprochables nos afectan?.
Otro de los grandes aciertos de Tregillis es el de no caer en el facilismo de alemanes malos y británicos buenos. Todos los personajes tienen sus propias complejidades y demonios. Todos manejan sus propias agendas (en especial Gretel) y en más de una ocasión es la ira, el odio o el miedo lo que los hace actuar teniendo como resultado consecuencias que pueden ser catastróficas.
Un gran primer libro de una trilogía que promete. Pese a que considero que es más una presentación y un preámbulo de las cosas por venir, “Semillas amargas” es una lectura buena e interesante y como su nombre lo indica, deja un sin sabor cuando uno termina el libro, sabiendo que las cosas ni son fáciles ni lo serán en el futuro.