Stoner es desde lejos el mejor libro que he leído en lo que va del año.
Reconozco que me embarqué en esta lectura con bastante recelo e incertidumbre. John Williams me era un autor totalmente desconocido, sin embargo el extraordinario manejo del lenguaje así como las imágenes y situaciones que es capaz de crear lo colocan en un nivel muy por encima del promedio.
Stoner parece ser una novela con tintes biográficos que narra la vida de un sencillo profesor de literatura inglesa en la universidad estatal de Missouri entre 1910 y 1956.
William Stoner es el hijo de unos pobres granjeros de Missouri. Como tal su vida no iba a presentar mayor éxito o mejora que la de sus padres: Trabajo duro, poca recompensa, una vida monótona y una muerte que aliviaría el tedio.
Pero el padre de Stoner lo obliga a asistir a la facultad de agronomía de la universidad de Missouri para que aprenda técnicas que en el futuro puedan usar en la granja. Los primeros cursos los lleva con una falta de pasión que raya en la monotonía hasta que cursa literatura inglesa. Esa materia, ese profesor en particular le dan un nuevo objetivo y una pasión nunca conocida por él.
El empuje y pasión que siente ahora se ven opacados y minimizada por la primera guerra mundial. Stoner decide no enlistarse y continuar con sus estudios pero el que uno de sus amigos más cercanos muera en batalla lo marcará para siempre.
La vida de Stoner es una larga cadena de sinsabores con unos pocos toques de felicidad que los pierde con la rapidez de un suspiro.
Su matrimonio es un fracaso aunque se caso enamorado. Su hija, su adoración, se fue alejando poco a poco de él hasta convertirse en una alcoholica. Su pasión es la enseñanza y la literatura pero las rencillas al interior de la universidad lo mantienen como un profesor asistente.
Lo que tenemos aquí es una extraordinaria narración de una vida mediocre y triste. El manejo del lenguaje que tiene John Williams nos permite oír el crujido de la nieve seca, sentir como calienta el sol de la tarde o el sordo dolor que producen las decepciones.
La habilidad del autor nos hace sentir cada momento en la vida de Stoner como propio. Nos duele cuando su esposa de una manera metódica e implacable lo va aislando de su propia hija, nos sentimos orgullosos cuando se rebela contra el coordinador de curso y dicta una clase magistral a los alumnos de primer año, sentimos la dolorosa nostalgia que lo embarga cuando recuerda el amor de su amante.
En pocas palabras, tenemos una historia de un hombre mediocre con una vida dura y llena de sinsabores. Triste y amarga.
Esta es una historia contada de una manera magistral que sólo pocos pueden lograr. William Stoner no es un personaje cualquiera. Es alguien con el cuál podemos identificarnos, al cual podemos entender.
Stoner es una obra maestra, una lectura necesaria para cualquier aficionado a las buenas historias bien narradas.