El “Set de México” retoma la acción y personajes de “El juego de Berlín”.
La novela inicia con el viaje de Bernard Samson y Dick Cruyer a México. Werner Volkman les ha informado que se ha topado con Stinnes, el agente de la KGB que interrogó a Samson en Alemania Oriental.
Central de Londres quiere que Stinnes deserte y el encargado de la operación va a ser Samson. Lo que de por si ya es una labor delicada, se complica más cuando Bernard tenga que enfrentarse primeramente a las rencillas y luchas de poder que hay al interior del servicio de inteligencia. A esto hay que sumarle que el propio Bernard está en entredicho luego que su esposa se cambiara de bando hacia los rusos.
Los problemas de Samson no hacen más que acrecentarse momento a momento. La presión que recibe no sólo es de sus jefes en Londres, también es vigilado por la KGB. Fiona, su esposa, quiere recuperar a sus hijos a toda costa y no dudará en asesinar si es necesario, incriminando a Bernard.
Las pistas que va recibiendo Central hacen hasta los más allegados a Samson sospechen que es un doble agente y la misión que de deserción de Stinnes en realidad es una pantalla para su propia huida a Rusia.
Cada paso que Bernard quiere dar está de alguna manera cortado ya sea por las acciones que hace la KGB en su contra (al punto en que Fiona lo secuestra en el propio Londres) o por las acciones del los burócratas del Servicio de Inteligencia van tomando contra él.
“El set de México.” no sólo nos presenta una novela de espías como pocas, también nos entrega un punto de vista diferente. Las organizaciones de espionaje son grandes dinosaurios burocráticos en donde cada jefe sólo vive para cuidar su puesto. Gente sin experiencia toma decisiones que pueden llevar no sólo al fracaso, también puede resultar el la inútil pérdida de vidas.
Lo que hace interesante esta novela no son sólo las locaciones (se pude sentir el smog de Ciudad de México o la humedad de Berlín) o la trama que cada vez se va haciendo más compleja. El aspecto humano de cada uno de los personajes está bien definido hasta el punto de entender por que Samson confía ciegamente en Volkman, la antipatía natural que nace hacia Cruyer o la sospecha permanente que se tiene hacia Zena Volkman.
Las decisiones que toman los personajes en el libro van influenciando de una u otra manera las acciones que tiene que tomar Samson para no sólo limpiar su nombre, si no llevar a Stinnes hacia Londres. Samson se verá obligado a engañar a sus jefes para poder llevar acabo su misión pues el obstáculo más peligroso que va a tener que sortear es la propia burocracia del Servicio de Inteligencia.
Una intensa novela que debe ser imperdible para los amantes del género.