“Tsugumi” es una novela corta que irradia nostalgia en cada una de sus páginas.
La autora, Banana Yoshimoto, ha logrado recrear con bastante acierto y emotividad el paso del verano y las vivencias de un grupo de jóvenes en un balneario japones. Pero este libro está lejos de ser una novela ligera y sin sentido. Es una historia bien desarrollada con buenos personajes y situaciones cotidianas entregadas con una delicada nostalgia que línea por línea nos envuelve y es parte fundamental de la atmósfera de la novela.
La historia es narrada en primera persona por María Shirakawa, una joven universitaria de 19 años que está viviendo una nueva vida en Tokio junto con su padrastro y su madre. María recibe una llamada de su prima, Tsugumi, donde le dicen que el hostal que regentan sus tíos, en el que vivió casi toda su vida, lo van a cerrar, así que decide ir a pasar el último verano con ellos.
Desde la perspectiva de María nos acercamos al mundo de Tsugumi. Una chica joven, hermosa y de pálida piel pero con una enfermedad crónica que la tiene siempre afiebrada y débil, casi al borde de la muerte. Tsugumi ha vivido así toda su existencia, lo cual ha formado en ella un carácter peculiar. Duro, directo, egoísta e hiriente.
Junto con María empezamos a reflexionar acerca de la vida, lo que es el crecer y el no volver atrás. Con nostalgia vemos los recuerdos que ella tiene de su vida en la playa y los momentos que hicieron que se forjara una fuerte amistad entre ella y Tsugumi pese al carácter despótico de esta.
María y Tsugumi conocen a Kyoichi, un muchacho hijo del dueño de un gran hotel que se está construyendo en el balneario. Poco a poco vemos como va surgiendo el afecto entre todos los personajes (María, Kyoichi, Tsugumi y Yoko, hermana de esta) como este afecto se solidifica en una entrañable amistad y un sentimiento más profundo se forja entre Kyoichi y Tsugumi.
Yoshimoto ha logrado plasmar con sencillez, en un lenguaje cotidiano el día a día normal de un grupo de amigos. No hay grandes escenas, no hay personajes extravagantes, no hay situaciones forzadas. Todo discurre con una normalidad y naturalidad que nos termina envolviendo y arrastrando por las playas donde percibimos el olor a mar y el sonido de las gaviotas.
“Tsugumi” es un libro bello, nostálgico tanto por la manera en que es narrado como por el tratamiento que le da la autora a los temas que se tratan, como la amistad, la familia, el amor y lo doloroso que puede ser crecer.
“Tsugumi” es una pequeña caja de sorpresas. Merece ser leído una tarde de invierno frente al mar.